Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL


340
Legislatura: 1869-1871 (Cortes Constituyentes de 1869 a 1871)
Sesión: 15 de marzo de 1869
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Respuesta a pregunta del Sr. Cala
Número y páginas del Diario de Sesiones: 27, 505
Tema: Copias de los documentos referentes a los sucesos de Andalucía. Manifestación republicana del 14 de marzo en Madrid

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): Señores, cuando se trata de Representantes del país, cuando se trata de Diputados de la Nación española y a los cuales se puede atribuir, siquiera equivocadamente, ideas subversivas o trabajos en contra de la misma Asamblea Constituyente de que forman parte, la lealtad, la caballerosidad, el patriotismo exige que se den inmediatas satisfacciones. Yo así lo haría, porque a mí no me duelen prendas.

Aquí se ha empezado por manifestar, yo lo he confesado, yo lo he dicho, que no sé nada que sea oficial de lo que pasó ayer. A mí me ponen tan en poco cuidado las manifestaciones y todo lo que sea expresión de la libertad, que no me cuido de mandar allí a nadie, ni aun a saber lo que pasa. Pero yo he dicho: de público circula que el general Pierrad había dicho esto, y esto y esto. El general Pierrad, sin embargo de que eso que se le atribuye es subversivo y atentatorio a la Asamblea Constituyente, de que forma parte, no se levanta a protestar contra esas palabras. Y yo decía con ese motivo: ¿no protesta contra esas palabras? Luego las acepta; y si las acepta, no puede estar aquí. Porque no se puede estar aquí y allí al mismo tiempo. Y si las acepta, ¿las aceptan todos sus compañeros de la minoría? Esta es la cuestión. (Interrupciones.) Oigo decir a algunos que no las aceptan y lo celebro: oigo a alguno de los compañeros de S. S. que no las acepta; me alegro mucho.

Pero, señores, como yo creo que se procede de buena fe, si hay buena fe, si hay patriotismo en la minoría republicana, si se quiera la libertad, si se desea el triunfo de la libertad, y si no se quiere causar perturbaciones y calamidades al país, ¿qué inconveniente tiene la minoría republicana en no dejar duda ninguna sobra un punto tan importante? ¿Qué inconveniente tienen los republicanos, por boca del Sr. Pierrad, en hacer una declaración que tanto le enaltece como Diputado de la Nación? (Varios señores Diputados de la minoría republicana: La ha hecho.) No la ha hecho. (Varios Sres. Diputados de la minoría republicana: La ha hecho por boca del Sr. Figueras.) No basta por boca del Sr. Figueras. (Interrupciones, confusión.)

El Sr. PRESIDENTE: Señores, de esta manera no puede continuar el debate. Los Sres. Diputados van a obligar al Presidente a que se cubra. (Continúan todavía las interrupciones)

Orden, señores, si continúan las interrupciones, el Presidente se va a cubrir.

Siga V. S., Sr. Ministro.

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): Y el Sr. Pierrad ha estado tan lejos de dar las satisfacciones que se le piden y que las Cortes Constituyentes se merecen, que se ha levantado única y exclusivamente a explicar la palabra ladrones que algunos le atribuyen en su discurso de ayer; y ha añadido: "En cuanto a las ideas subversivas que pude pronunciar o emitir, no tengo nada que decir." (El Sr. Pierrad: Falta saber sí son subversivas.)

El Sr. PRESIDENTE: Orden, señor general Pierrad, orden.

Continúe V. S., Sr. Ministro.

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): El señor general Pierrad ha dicho que respecto a las ideas subversivas que pudo emitir, nada tiene que decir porque las confirma y las sostiene. (Varios Sres. Diputados: No ha dicho eso, sino que se diga qué ideas subversivas son esas.)

Ahora dice el Sr. Pierrad que falta saber qué ideas subversivas son esas que se le atribuyen.

Voy a decírselo a S.S., porque sobre eso, habiendo lealtad, habiendo honradez, habiendo dignidad, no debe quedar nada en el misterio y en la duda.

Pues se dice de S.S. que manifestó terminantemente "que el país, cualquiera que fuera la resolución de la Asamblea Constituyente, no debería ceder un la cuestión de quintas, y que no debía suministrar ni hombres ni dinero ni nada". Y como esto señores es atentatorio a la soberanía de las Cortes Constituyentes, y como esto es altamente subversivo, y como esto es un delito de lesa soberanía, y como ese delito no se puede cometer por nadie y menos por el que forma parte de esta misma Asamblea, yo le pido a S.S. franca y lealmente las explicaciones que son necesarias; explicaciones que el Sr. Pierrad debía haberse adelantado a darlas, y tan cumplidas que no hubiera quedado la menor duda. (Mientras el orador pronunciaba estas últimas palabras, e! Sr. Presidente par lo bajo se dirigía al Sr. Ruano que estaba sentado entre los Diputados de la minoría y le ordenaba que subiese a la mesa de la Presidencia a su puesto de Secretario.)

El Sr. SÁNCHEZ RUANO: Señor Presidente, estoy cumpliendo con un deber de Diputado. No estoy de semana; sin embargo, si se me necesita, iré; pero no estoy de semana; cumplo aquí con un deber de Diputado.

El Sr. PRESIDENTE: Cuando le mando a S. S. venir, por algo será. (El Sr. Ruano se dirige a ocupar su puesto en la mesa de la Presidencia. ) Puede V. S. seguir, Sr. Ministro.

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): Por consiguiente, Sres. Diputados yo he pedido, yo vuelvo a pedir que diga el Sr. Pierrad si habiendo pronunciado palabras subversivas contra las Cortes Constituyentes, las retira; y si no las ha pronunciado, que proteste de la noticia que se las atribuye; y que diga terminantemente que no las ha pronunciado, que no ha querido pronunciarlas, porque no pudo ser el propósito de un Diputado que se sienta aquí entre sus compañeros, formando parte de la soberanía nacional, el excitar las pasiones y el incitar a la rebelión.



VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL